Análisis

[Análisis] Dragon Age: Inquisition

Tras un gran estreno y una segunda entrega más que cuestionable la saga Dragon Age vuelve a lo grande. Y es que Bioware vuelve a la buena senda con un rpg marca de la casa, con muchísimas horas por delante y decenas de decisiones que tomar. En las próximas líneas os voy a intentar contar todo lo que Dragon Age: Inquisition esconde detrás de él.

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Erase una vez…

Uno de los puntos fuertes de un rpg debe ser la trama de la aventura. Y en esta ocasión Dragon Age: Inquisition se acerca más a lo que fue DA: Origins. Respetando mucho más el universo creado para la primera entrega que su posterior secuela.

La historia comienza con el conclave organizado por la Divina del Cantar de la Luz. La cual ha reunido a los principales miembros de las ordenes templarias y de los magos, en guerra desde hace mucho tiempo. Sin saber muy bien porque se produce una gran explosión la cual mata a la Divina y abre una brecha en el velo por la cual pueden traspasar los demonios que allí existen e invadir nuestro mundo.

Dentro de todo esto aparece nuestro personaje, el cual y para no variar, no recuerda gran cosa de lo sucedido. Solamente una imagen de la Divina ayudándonos a escapar y poco más. También nos damos cuenta que nos ha aparecido una marca de color verde en el brazo la cual está ligada a los portales del velo.

Tras esto somos capturados por ser el principal sospechoso en lo acontecido en el conclave y con ello haber eliminado la posibilidad de llegar a la paz gracias a él.

Poco después nos convertimos en un controvertido héroe al darnos cuenta que la misteriosa marca que tenemos en el brazo puede cerrar los portales. Y desde ese momento tendremos tanto seguidores como detractores que siguen sin fiarse de nosotros.

A partir de aquí nos convertiremos en el Heraldo de Andraste y seremos los encargados de reestablecer la inquisición que supuestamente deberá devolver la paz al mundo.

En resumen tendremos una buena historia aderezada con muchas subtramas, misiones secundarias, exploración y unos compañeros de viaje de lo más singulares que terminaran de redondear la experiencia.

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Tomando decisiones…

Jugablemente lo primero que nos tocará hacer es, como no, crearnos nuestro personaje. Algo que tomará una gran importancia, ya que dependiendo de la raza y la especialidad elegida, la trama cambiará de una manera u otra. Este aspecto no es tan amplio como en la primera entrega, pero son más que suficientes.

En cuanto a la creación en si del personaje tenemos bastantes opciones en las que podremos personalizar todas y cada una de las facciones de nuestro personaje, algo que es de agradecer y que se ha podido ver en otros títulos del género.

Una vez hecho esto, ya tendremos a nuestra disposición todo Theras dividido en varias regiones llenas de secretos, enemigos y misiones. Tendremos misiones de todo tipo aunque saliendo de la historia principal y algunas submisiones de los compañeros, el resto de misiones secundarias son por regla general bastante simples y con poca profundidad.

A las armas…

Si entramos ya en el combate en sí, una de las cosas que más haremos durante nuestra aventura, podríamos decir que Bioware ha dado una vuelta de tuerca más a su sistema. Nos encontraremos con dos sistemas bastante diferenciados.

Primero nos encontramos con la cámara «clásica» la cual está situada tras el personaje y que podemos rotar. En este modo podremos atacar y usar nuestras habilidades/magias igual que lo hacíamos en las anteriores, pudiendo cambiar entre personajes.

La gran novedad viene con la «cámara táctica» con la cual podremos detener la acción para explorar el terreno y dar órdenes a nuestro grupo. Una opción muy útil sobre todo cuando nos toque hacer frente a algunos combates duros y peligrosos que nos encontraremos en alguna ocasión.

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Como buen juego rol, Dragon Age: Inquisition tiene infinidad de armas, armaduras y objetos. Dentro de este apartado una de las cosas que se ha añadido a esta nueva entrega es la artesanía. Esta nueva habilidad la podremos usar para crearnos armas y armaduras.

Otra gran novedad de gran importancia es la base principal y los campamentos que iremos montando de la Inquisición. Gracias a esto y conforme vayamos avanzando en la aventura podremos desbloquear diferentes mejoras que nos serán de gran utilidad.

En cuanto al modo multijugador, para nuestra desgracia no podremos jugar la historia acompañados de amigos. Este modo se ha dejado bastante descafeinado al solo poder realizar misiones cortas sin demasiado aliciente. Una verdadera pena que hayan vuelto a desaprovechar una oportunidad de oro para hacer un modo cooperativo verdaderamente atractivo.

Descubriendo Theras…

Gráficamente el juego está a un nivel notable, con un mundo lleno de vida (como le gusta a Doki) y detalles por doquier. A destacar los efectos de luz y brillos que lucen espectacular y la variedad de localizaciones del mapa.

La banda sonora es, como no podía ser de otra manera, de una epidicidad bastante alta típica en el género y está a un gran nivel.
En cuanto al doblaje (en inglés of course) está bien interpretado y con una buena variedad de actores. Eso sí, a nosotros nos tocará tirar de subtítulos, algo bastante engorroso cuando vamos a caballo o estamos en plena acción. Cosa que puede hacer que nos perdamos algunas conversaciones.

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En resumen…

Dragon Age: Inquisition es claramente la vuelta de Bioware al buen camino, con el que nos traen un muy buen rpg al más puro estilo de la marca. Eso sí, los más puristas pueden echar en falta algo más profundidad y complejidad, pero el gran público en general disfrutará de una buena historia, una buena jugabilidad y un entorno que invita a perderse y descubrir todo sus secretos.

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Lo mejor

  • Más de 100 horas de diversión si queremos.
  • Todo un mundo por recorrer y por el cual perderse.
  • La vuelta de la mejor Bioware

Lo peor

  • Algunos bugs del juego pueden fastidiarte la partida.
  • El multijugador se queda corto sin poder jugar la historia principal en cooperativo.

 

 

 

 

 

 

Sobre el autor

Tak0SitH

Uno más de la vieja escuela a bordo. Empecé en este mundillo hace ya unos cuantos eones, he pasado por todos los sistemas y estados. Propios y Prestados. Soy un amante de la (para mí) mejor generación, los 16bits y su encarnizada lucha.
Fuera de esto, informático a tiempo parcial y padre/marido a tiempo completo.
Enamorado (también) de Japón, su cultura y su gastronomía.