Análisis

[Análisis] HEAVY RAIN

heavyrain-bnr

Ahora que ha aparecido la versión Move de Heavy Rain, el juego de Quantic Dream exclusivo para Playstation 3, es cuando me he decidido a comprarlo y jugarlo. No creáis que no me llamaba la atención, todo lo contrario, pero tenía tantos juegos pendientes que no podía sacar tiempo para él.

Sea como fuere, al final he conseguido disfrutarlo, sí, he dicho disfrutarlo porque este no es un juego convencional ya que, incluso sus propios creadores lo consideran más una película interactiva que un videojuego, aunque la definición de videojuego diga que es “un software creado para el entretenimiento en general y basado en la interacción entre una o varias personas y un aparato electrónico que lo ejecuta”.

Pues una vez aclarado esto, os diré que Heavy Rain no es un simple videojuego, es mucho más que eso, porque Quantic Dream no se conforma con quedarse en la frontera del entretenimiento, sino que la sobrepasa haciendo sentir al jugador empatía por los personajes a los que controla y contagia la angustia, la ansiedad, la ternura y el odio que estos sienten durante el desarrollo de la historia.

Lo primero que distingue este juego de todos los demás es que pertenece a un género defenestrado en la actual generación; las aventuras gráficas, que tan famosas se hicieron en sus años dorados de PC con títulos como Monkey Island.

La habilidad que han tenido para adaptarse a los nuevos tiempos se debe, en parte, a la inclusión de un sistema de control rescatado de los títulos de acción que alcanzó su cumbre con el mítico Shenmue, los Quick Time Events, y que se basa en pulsar los botones adecuados en la secuencia precisa para conseguir ejecutar la acción correcta. Al principio puede resultar engorroso, sobre todo si estáis acostumbrados a títulos de acción más frenéticos pero, si yo he podido, todo el mundo puede cogerle el tranquillo después del maravilloso tutorial que da inicio al juego.

Recordaros también que Sony ha considerado a este juego como su punta de lanza para el nuevo periférico Move, y pidió a Quantic Dream que lo adaptara lo mejor posible para ofrecer a los usuarios un nuevo modo de disfrutar del mismo, cosa que han conseguido. La experiencia que ofrece jugandolo con Move esa muy interesante, aunque también hace que el juego sea un poco más sencillo, por lo bien que se han adaptado al dispositivo para realizar los movimientos durante la partida.

Gráficamente también notamos la diferencia con sus competidores, aunque es cierto que no es comparable un sandbox a una aventura gráfica con escenarios cerrados, pero no por eso debemos obviarlo. Todos los personajes están muy bien elaborados, aunque se notan defectos en ciertas sincronizaciones con el sonido de las voces y los movimientos faciales, pero son entendibles al estar diseñado para el idioma inglés y haber llegado completamente localizado al castellano en textos y voces.

El sonido en general es un apartado en el que no se pueden tirar muchos cohetes, pero la música que nos acompaña durante toda la experiencia es maravillosa, y muy adecuada para las situaciones que vamos descubriendo. Además, los doblajes están hechos por actores consagrados en la industria española como el veterano Tito Valverde, de la serie «El comisario», quien pone la voz al detective Scott Shelby o Luis Bajo que dobla a Ethan Mars.

He de decir que el juego no es apto para todos los públicos, y no me refiero a la categorización por edades, sino a la aprensión que muchos de los que lo hemos jugado sentimos a la hora de tomar ciertas decisiones y descubrir el resultado de las mismas. Es un juego muy crudo, no tiene ni una pizca de frivolidad y cada situación que vivimos suma y sigue en la escala de empatía hasta el desenlace final. Ese final no es único y, ese es otro de los valores del juego, varía dependiendo de lo que hayamos ido haciendo durante la aventura, un simple sorbo a una copa de champán puede llevarnos a una situación crítica que haga variar todo lo que nos queda por delante.

Pero no corramos tanto y empecemos por el principio; el juego nos pone en la piel de Ethan Mars, un arquitecto felizmente casado y con dos hijos (Jason y Shaun) al que le va bien en la vida, pero al que le espera sufrir la peor experiencia que cualquier persona pudiera imaginar, complicando la historia principal hasta conseguir hacerla tan redonda y completa como la mejor novela que se pueda leer, y desde aquí empezamos con los SPOILERS, aunque intentaré que sean los menos posibles.

Ethan es un personaje magistralmente definido en todos los aspectos, su personalidad y evolución son muy creíbles y nada convencionales en el mundo de los videojuegos, ya q no es ningún superheroe que pueda aguantar las balas sin desfallecer, sino un tipo normal extramotivado al que veremos cada vez más deteriorado por las heridas sufridas. La historia trata sobre las miserias de la vida, y cómo estas afectan a las personas de un modo en el que nunca hubieran imaginado, llegando a realizar ciertos actos que de ningún otro modo se plantearían y relacionandose con personas que seguramente no habrían podido llegar a conocer.

Mientras jugamos con Ethan, su trama se va entrelazando con la de los otros tres personajes controlables; Norman Jayden (el agente del FBI), Madison Paige (la periodista) y Scott Shelby (el detective privado) a los que iremos conociendo poco a poco, con historias tan redondas y bien elaboradas como la suya, y consiguiendo que nos identifiquemos con ellos casi del mismo modo en que lo hacemos con él.

Nada sobra y todo suma, cada momento, cada personaje y cada escenario significan algo en la aventura, aunque nosotros no lo sepamos hasta haber podido verlo con cierta perspectiva. Todo está interconectado y nos muestra la grandeza del guión escrito por David Cage para esta obra maestra.

Nuestra historia comienza presentandonos a Ethan en su propia casa levantandose de la cama en ropa interior como cualquier otro día, realizando acciones tan cotidianas como asearnos, vestirnos, ducharnos, etc. Es cierto que algunas acciones son irrelevantes, pero consiguen transmitir la sensación de inmersión de un modo muy asequible, que más tarde se convertirá en empatía hacia todos y cada uno de los personajes que irán surgiendo. Nos muestran su trabajo, su familia y la interacción con todos ellos en una atmosfera de paz y sosiego en la que disfrutamos de los juegos con nuestros hijos como si nada malo pudiera estropearlo jamás, simulando ese estado de ignorancia en el que todos vivimos sin pensar en ningún momento en lo cruel que puede ser la vida.

Es justo después de esos primeros instantes cuando esa realidad nos golpea en la cara, como si de un bate de beisbol se tratase, llevándose ante nuestras narices la vida de nuestro hijo mayor Jason, momento desde el cual cambia completamente la atmosfera cálida y brillante del inicio a la fría y oscura que nos acompañará hasta el final, y que empieza dos años después de ese trágico suceso.

No quisiera desvelar mucho más sobre el argumento, porque con ello se perdería la mágia de la que hace gala el juego, así que daré pocos detalles aunque relevantes. La trama gira en torno al asesino del origami, un siniestro personaje que tiene en vilo a las autoridades locales y que obliga a intervenir al FBI por lo extraño de sus métodos y lo poco convencionales que son sus víctimas. Cada uno de los personajes seguirá su propio camino para intentar descubrir al asesino, superando pruebas y desafiando a la muerte en cada una de ellas porque, no lo olvidéis, cada decisión que tomemos nos llevará por un camino distinto al que hubiéramos recorrido de optar por la decisión contraria.

Y lo de desafiar a la muerte no es un mero recurso literario, sino que la historia que vivimos se puede ver truncada en cualquier momento y ya no jugaremos más con el personaje que perdamos, siendo esta la principal diferencia con el resto de juegos disponibles donde siempre llegamos vivos al final (mención especial al primer juego de Prince of Persia para PS3 y 360…). Esto, junto a que el argumento está muy bien contado, nos hará sentir la necesidad de rejugarlo para descubrir las distintas opciones que hemos ido descartando y tomar otro camino para finalizar las mismas escenas.

Cada personaje tiene sus propias habilidades o limitaciones, por lo que cada vez que controlemos a uno de ellos notaremos realmente la diferencia al afrontar las situaciones que se nos proponen, de este modo Madison es una mujer con un carácter fuerte y una curiosidad extrema que nos llevará a investigar los lugares más insospechados, pero frágil cuando se producen enfrentamientos cuerpo a cuerpo. Por el contrario, Scott es el tipo más duro del juego y no tiene reparos en usar la fuerza para conseguir su objetivo (hay un momento realmente épico que podemos vivir con Scott, y que recuerda a las mejores películas de acción). La dosis de ciencia ficción la vivimos a través de Norman, con sus gafas y su guante que funcionan como una realidad aumentada y con los que recopila y organiza toda la información que va recopilando en los escenarios del crimen, la cual será imprescindible para descubrir finalmente quien está detrás de toda esta crueldad sin sentido.

Además, las motivaciones de cada uno son muy distintas, algo que podemos comprobar con la opción que nos da el juego de poder escuchar los pensamientos del personaje que estemos controlando con solo pulsar un botón de entre las opciones disponibles, sumiendonos más si cabe en el infierno particular que vive cada uno de ellos junto a sus demonios personales.

La duración del juego es variable, tal y como afirmaron sus creadores en reiteradas ocasiones y debido a la diversidad de opciones que condicionan su desarrollo, pudiendo resultar incluso corto para alguno de vosotros, pero yo he saboreado todos y cada uno de los minutos que he estado inmerso en mi versión de la historia, llegando a considerar este juego mi favorito de PS3 por encima de cualquier otro, simplemente porque es un juego único y genial que no os dejará indiferentes.

¿Hasta donde estarías dispuesto a llegar por amor?

Sobre el autor

pulpofriwrdp1a