Todo aquel que me conozca mínimamente, ya sabe que no soy muy amigo de los juegos de descarga. Aunque hay veces que tengo que tragarme mis palabras y pasar por el aro irremediablemente. Y esta es una de ellas.
Outland, es un juego que inicialmente entra por los ojos. Pero no es hasta que no cogemos el control del protagonista hasta que no nos demuestra todo el potencial.
La dualidad del universo
La historia está centrada en la mitología maya, y nos pondrá en la piel de un guerrero en continua lucha entre el bien y el mal. El cual va sufriendo pesadillas durante el título que no serán ni más ni menos que aventuras vividas 30.000 años antes en tiempos de la creación del universo.
La lucha entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, el ying y el yang. Todos ellos reencarnados en el azul y el rojo, que serán los colores por donde nos vayamos moviendo.
No solo de Ikaruga bebe Outland
Al ver el juego, todo el mundo ve una clara referencia al clásico de Treasure, Ikaruga y su sistema de colores. Pero Outland no se queda ahí, y podríamos afirmar que bebe de otros juegos como por ejemplo Silhouette Mirage (Shoot’em up de Treasure con el mismo sistema), los plataformas clásicos, e incluso un poco del sistema de mapeados y armas de Metroid.
Para los que no conozcáis el sistema de Ikaruga, nuestro personaje podrá intercambiar entre dos colores rojo y azul. Cuando estemos de color rojo, los proyectiles enemigos de este mismo color no nos afectarán y solo dañaremos a objetivos de color azul. Y cuando nosotros estemos de color azul, será totalmente al contrario. No nos dañarán las balas rojas y solo dañaremos a los enemigos rojos.
Empezaremos el juego con los poderes muy limitados, los cuales iremos recuperando conforme avancemos la aventura. Y realmente no serán pocos los poderes de los que disfrutemos a lo largo del juego. Golpes básicos, empujón, rayos, doble salto, etc…
Visualmente espectacular
Y es que aunque los gráficos sean bastante simples, los juegos de luces/sombra del mismo lucen espectaculares. Sobretodo cuando empecemos a adentrarnos en él y los proyectiles enemigos empiecen a ser numerosos, formando formas y colores cual espectáculo pirotécnico.
Los enemigos finales, merecen un comentario a parte. Ya que son espectaculares en todos los sentidos. En tamaño y en vistosidad.
¿Un plataformas típico?
No se si a Outland lo podemos etiquetar como un plataformas típico o no. Lo que si que sé, es que el juego es muy adictivo. Y la curva de dificultad esta muy bien lograda. Llegando ésta a su máxima expresión en la última fase, en la cual deberemos dar cuenta de todas nuestras habilidades y reflejos. Ya que en muchas situaciones, deberemos cambiar el color de nuestro personaje en décimas de segundo para no morir en el intento.
Y si por si esto fuera poco, los chicos de Housemarque han dispuesto de un modo cooperativo que hará las delicias de todo aquel que lo juegue.
En resumen…
Si os gustan los juegos de plataformas «clásicos» con un toque moderno añadido y con unos gráficos espectaculares a su manera. No os podéis perder Outland. Ya que además por poco dinero, tendréis unas 5/6 horas de diversión asegurada. Y si no me creéis, siempre podéis probar primero la demo disponible en los bazares.
- Visualmente espectacular
- Adictivo y muy entretenido
- Modo 2 jugadores
- Puede resultar corto
- Que sea exclusivo DLC
