Tenía ganas de escribir sobre uno de los videojuegos más apreciados por mi persona, un juego mágico, de los que te dejan huella como jugón y recuerdas con cariño toda tu vida. Mi primera consola de videojuegos fue una Megadrive, que compre tras probar en una tienda la tremenda conversión de Strider. Me hice con el pack de la 16 bits de Sega que venía con el Altered Beast y lleve mi afición por los arcades a otro nivel.
Por aquel entonces, empezo a publicarse Hobby Consolas, que recuerdo con nostalgia al principio, no tanto después, pero de la que hay que reconocer que fueron pioneros en su momento y era la manera de conseguir información sobre las novedades que salían al mercado. Que inocente era entonces, desconocedor de los gloriosos 60 Hz e informandome sobre el mundillo con una revista que repudie posteriormente, benditos sean los kioskos del centro de Barcelona y la prensa extranjera, que alimentaron la insaciable sed de información de un servidor.
Precisamente en el primer número de Hobby Consolas, con aquella portada protagonizada por Bart Simpson, en la esquina superior derecha, destacaba cierto erizo azul, presentado como Sonic, el nuevo héroe de Sega.
Gracias a ese artículo y sobretodo a unos ahorrillos, me hice con un cartucho que es un pedacito importante de la historia del videojuego y la mia propia. Sus gráficos, jugabilidad, increíble banda sonora y carisma del personaje me convirtieron en fan incondicional de la mascota de Sega.
Vamos con un poco de historia:
Alex Kidd nunca fue rival para Mario, Sega necesitaba un golpe de efecto en la industria de la época, su respuesta fue Sonic the Hedgehog.
Con Megadrive en el mercado, Sega necesitaba un juego que fuera el buque insignia de la consola. Alex Kidd era la mascota entonces, pero no tenía el perfil para ser protagonista de un juego que vendiera millones de copias. Para ello la compañía nipona puso todos sus esfuerzos en buscar al personaje adecuado. De eso se encargó el equipo de AM8. Los primeros diseños eran de lo más variado. Un armadillo, un perro, un conejo o un humano sospechosamente parecido a cierto Dr Eggman más conocido por aquó como Robotnik, son algunos de los diseños desechados.
Finalmente se escogió el diseño de Naoto Oshima, un erizo azulado conocido en un principio como “Mr Needlemouse”, que acabaría siendo “Sonic the Hedgehog”, un personaje que se convertiría en un futuro en icono de cultura popular.
En el diseño de Sonic, no se dejó nada al azar. Su color azul nos recuerda al del logo de Sega y sus zapatillas son un diseño inspirado por Michael Jackson. También incluyeron colores para recordar a Santa Claus El personaje tenía que darnos sensación de velocidad y lo hacía con creces.
Pero la creación de Sonic no es sólo cosa de Naoto Oshima. No hay que olvidarse de Hirokazu Yasuhara, que diseñó lo que sería la jugabilidad y fases de los primeros Sonic, basándose en las demos técnicas y motores programados por Yuji Naka, que es el más conocido de los tres y fundador del Sonic Team.
Naka y Oshima
El mercado de la Megadrive, siempre fue más importante en Occidente que Japón, por ello Sonic apareció un mes antes en Estados Unidos y Europa. Al salir más tarde, la versión japonesa incluyó algunas mejoras, como más planos de scroll en algunas fases.
El argumento de Sonic the Hedhegog es sencillo y directo, el Dr.Robotnik, conocido en Japón como Dr.Eggman por su peculiar cuerpo en forma de huevo, quiere conseguir las seis esmeraldas del caos en su intento de dominar el mundo donde vive Sonic. Para ello ha transformado a los animales en robots asesinos. Nuestro heroico erizo intentará liberarlos y acabar con los planes de Robotnik.
Nos encontramos ante un juego de plataformas singular en aquella época. Sonic the Hedhehog no sigue los cánones clásicos del genero, no es una mera copia de Super Mario Bros. Sonic presenta un nuevo tipo de plataformas más rápido y dinámico, donde avanzar lo más rápido posible es lo esencial y hay poco tiempo para la exploración. Esto no quiere decir que no haya secretos y momentos de pausa, simplemente que coge elementos de un género clásico y lo lleva más allá introduciendo su propia esencia, la velocidad. Curiosamente, el tema de la velocidad fue explotado por Sega en su lucha con Nintendo por el dominio de los 16 bits con el famoso «Blast Processing», donde explotaba de forma maravillosa el punto fuerte de la Mega respecto a la Super, la velocidad del 68000 de la maquina de Sega.
Esto sí que era la guerra de las consolas:
En su aventura, Sonic debe atravesar seis zonas divididas en 3 actos cada una más una zona final especial, cogiendo el mayor número de anillos posibles e intentando conseguir las esmeraldas del caos en las fases de bonus. En el último acto de cada zona, exceptuando la sexta, nos enfrentaremos con Robotnik y uno de sus locos cacharros.
Gráficamente Sonic the Hedhegog es una maravilla, una explosión de color que utilizaba la limitada paleta de colores de la Megadrive de una manera fantástica. Los planos de scroll eran innumerables y la sensación de velocidad tremenda. El diseño de las diferentes zonas y actos del juego es genial. Cada zona tiene personalidad propia, “Green Hill” con sus loopings, será una zona clásica dentro del universo Sonic, pero no mucho menos las fases acuáticas, la zona de saltos “Spring Yard” o la preciosa “Star Light”. Mención aparte para las fases de bonus, diseñadas con un efecto de rotación que muestra el poder del corazón 68000 de la Mega y su «BLAST PROCESSING».
La animación del personaje está cuidada hasta el último detalle. Nuestro erizo hace de todo, corre, rueda, salta, empuja, frena, coge aire, se ahoga, hace equilibrios en los bordes y cuando esta parado nos mira y mueve el pie impaciente porque quiere seguir corriendo.
La música de Sonic, fue obra de Masato Nakamura, miembro de un popular grupo de J-Pop llamado Dreams Come True. Las melodías son geniales y pegadizas, quizás las mejores de la saga para 16 bits. La música de Marble Zone o Star Light Zone son auténticas obras maestras para una maquina menospreciada por muchos en este aspecto. Los sencillos efectos sonoros perduran hoy en día y son tan clásicos y reconocibles como los de Mario Bros.
Marble Zone:
Starlight Zone:
A pesar de no ser un juego muy largo, la dificultad esta bien graduada, cada acto tiene un montón de caminos y secretos. Si queremos ver el final verdadero tendremos que pasarnos el juego consiguiendo las seis esmeraldas del caos.
Pero ¿Qué es lo que hace que Sonic the Hedhehog sea un juego tan especial?
Mi respuesta es que Sega creo un personaje carismático con un juego hecho a su medida, fresco y original, algo que no está consiguiendo en la actualidad.
Los juegos que despuntan sobre el resto son los que ofrecen algo nuevo, una sensación que hasta ese momento otros no nos hubiesen dado, una mezcla perfecta de técnica y jugabilidad, esa sensación entonces era la velocidad y la Megadrive la plataforma perfecta para mostrarlo.
Como curiosidad, el personaje se creó sin la posibilidad de nadar, al creer Yuji Naka que los erizos no tienen esa capacidad. Un fallo de diseño entre comillas, que nos ofreció uno de los mejores momentos del juego. Ese momento en el que Sonic se hunde en el agua y hemos de buscar burbujas de aire para que sobreviva. Ese momento de angustia cuando sale la cuenta atrás que nos indica que se acaba el oxigeno y suena una de las melodías más clásicas e inolvidables del juego….
Esperemos que no se nos ahogue nuestro erizo favorito y volvamos a disfrutar de un título que podamos considerar legendario.
Sonic The Hedgehog:
Fecha de salida: 26/07/91 Japón, 23/06/91 USA y Junio 1991 Europa.
Plataforma: Megadrive, Genesis (USA).
Desarrollador: SEGA
Distribuidor: SEGA