Para todos aquellos que disfrutamos en algún momento de la saga FallOut (sobre todo de la tercera entrega y de New Vegas) tenemos una sensación indescriptible que se podría definir como “hambre” de volver al Yermo para así disfrutar de otra de sus historias y personajes de los que allí habitan.
Hambre que viene con un paladar más exquisito, porque si bien es importante decir que el “bajón” que supuso el encontrarse con New Vegas, como siguiente título, después de FallOut 3 y ver que prácticamente el motor gráfico era el mismo, pareciendo más una expansión, que un título independiente, lo que más deseábamos era ver una renovación total en este aspecto y, todo se tiene que decir, Bethesda lo ha vuelto hacer y nos sorprende con un aspecto total y completamente renovado, pero sin perder un ápice de la esencia de FallOut.
Los chicos de Bethesda tenían bajo su mano la “responsabilidad” de cumplir las expectativas de un público enorme que abarca desde las consolas de nueva generación como los PC y que llega con el listón tan alto que dejó su antecesor. Por suerte para todos nosotros, Fallout 4 es un juego que nos atrapará durante horas y más horas dejando nuestra vida social por los suelos, así que ya en ese aspecto, podemos decir que cumplen.
Y es que el juego nos ofrece un mundo enorme y lleno de posibilidades en el que cada rincón está cuidado al detalle, teniendo suma importancia explorar e ir descubriendo. Una obra arquitectónica magnifica que hace que hasta los que detestamos los mundos abiertos sucumbamos a la capacidad de creación e inmersión lograda.
FallOut 4 nos pone en situación desde el primer instante: a través de una cinemática nos sitúan en un tiempo futuro no muy lejano y de lo más típico en la saga. Un futuro a mediados del siglo XXI pero que contará con ciertos toques anacrónicos típicos de los años 50.
Un futuro ideal en el que estamos viviendo el “típico sueño americano”: chalet, jardín y una familia perfecta, en un entorno perfecto y un Robot Codsword…
Este será el momento de elegir a nuestro protagonista gracias a un simpático y completo editor de personaje en el que primero seleccionaremos nuestro género. A partir de ahí las posibilidades son amplísimas, pudiendo hacer auténticas locuras con el.
Una vez hayamos decidido el aspecto con el que queremos disfrutar nuestra idílica vida americana y, como no podía ser de otra manera, todo se tiene que torcer. Lo que era felicidad y ensueño se torna en holocausto nuclear, viéndonos obligados a escapar junto a nuestra familia al Refugio 111. Todo esto ocurre de manera muy rápida y precipitada, sin tanto artificio y explicaciones como ocurría con FallOut 3, dando demasiadas cosas por sabidas. Esto es algo que quizá pueda pasar factura a los recién llegados a la saga.
Aunque siendo sinceros, esto podría ser más una virtud que un problema, ya que seguro será muy gratificante el ir descubriendo cosas sobre la marcha. Algo similar ocurre con el sistema de juego, que aún siendo muy intuitivo, requiere de mucho “ensayo/error” para hacernos con el; porque el juego es muy exigente y moriremos una vez tras otra, hasta que consigamos adaptarnos completamente.
A nivel de historia poco más os puedo contar ya que el juego se ha de disfrutar desde este punto, siendo para mi uno de sus pilares fundamentales.
¿Pero, entonces porque siempre despotrico sobre los juegos de mundo abierto y sus historias y adoro FallOut?
Pues muy sencillo, realmente la gracia y estética características del Yermo es la forma en que se cuentan sus historias, a través de pequeños relatos que se enlazan con otros, creando una historia magnifica cargada de intensidad donde el protagonista viene siendo el mismo Yermo; una historia que se creará a través de las conversaciones que tengamos con el resto de supervivientes del holocausto nuclear, esa sociedad que intenta florecer desde lo más bajo en donde el bien y el mal viene diferenciado por una finísima línea y donde la única clave es la supervivencia.
De esta manera el argumento de FallOut dependerá muchísimo de nuestro afán por explorar y conocer más de las historias de los habitantes del Yermo, así como de nuestra implicación con ellos mismos.
El juego se divide en misiones principales que nos guiarán a través de nuestro propio conflicto (que descubriremos en menos de treinta minutitos de juego) y millones de misiones secundarias… Pero no hemos de confiarnos, ya que todas esas misiones secundarias no crecen como lechugas entre las coles sino que están súper bien desarrolladas y tienen “cara y ojos”
Misiones que en muchas ocasiones tendrán un contexto ético y que repercutirán en el devenir de los acontecimientos, así como otras mucho más superficiales, pero que serán “clave” para acceder a diversos objetos y posibilidades.
En genera podemos resumir este aspecto, como una experiencia única y que nos envolverá completamente en su propio mundo post-apocalíptico.
Gráficamente el juego ha sufrido un cambio total respecto a su antecesor. Unos diseños de personajes y escenarios fantásticos que hacen un brutal uso de la luz. Eso si, nos encontramos con ciertas pegas en el diseño de caras y animaciones, que siguen siendo algo “roboticas” y poco creíbles. Algo que irónicamente no ocurre con las bestias y animales, que están sorprendentemente bien animados.
Es todo un placer el perderse por el Yermo y contemplar toda la vida que rezuma por los cuatro costados…si se le puede llamar vida, porque todo es muerte y desolación en FallOut 4. Pero realmente el juego es tan magno y profundo, que el aspecto gráfico queda en un segundo tercer plano.
Como hemos dejado entrever antes, la supervivencia es algo fundamental en FallOut4. Ya sea rebuscando cosas en los cajones y armarios del escenario o arrebatando la ropa y pertenencias a los enemigos eliminados. El nivel de exigencia del juego es altísimo y nos hará sentir obligados a no dejar un recurso por encontrar.
En su momento FallOut 3 se llevo ciertos palos por sus sistema de combate, pero ahora todo eso ha cambiado y da gusto moverse y luchar con las huestes del Yermo, acciones que dejaran en nosotros la sensación en algunos momentos de encontrarnos ante un Shooter, más que ante un RPG Occidental. Y es que durante las intensas batallas queda más que patente la clara influencia de Destiny, algo admitido por los propios creadores del juego.
Ahora no podremos detener la acción del combate, sino que todo se ralentizará, teniendo la posibilidad de realizar disparos críticos. Este punto es sumamente importante, porque el saber que zona del enemigo elegir para nuestros disparos será básico en nuestra estrategia, así como las mutilaciones y sangrados… por esto mismo, será muy importante llevar un arsenal variado y capaz de abarcar la mayor parte de los contratiempos que podamos encontrar por el camino.
Es una pena que la I.A. del juego nos dejará vendidos en más de una ocasión por culpa de nuestros compañeros de viaje: unos aliados torpes y que tardaran “siglos” en obedecer nuestras ordenes, estando más tiempo del deseado dando vueltas por el escenario entorpeciendo más que ayudando. Por esto yo soy de los que prefiere abordar la aventura en solitario.
Pero algo que ha sido un “pasito hacia atrás” ha sido el tema de la muerte de nuestros aliados. En esta ocasión si uno de nuestros compañeros muere volverá a la vida tras el combate, aunque también los podremos hacer volver a la vida durante los mismos combates, quitando esa sensación de “realismo cruel” del anterior título.
Lo que si se ha visto mejorado en relación con los aliados es como influyen en ellos mismos y su relación con nosotros nuestras propias decisiones”
En nuestras relaciones con el resto de personajes y aliados, para hacer avanzar la historia, tendrá mucho que ver el tipo de respuesta y decisiones que tomemos. Esto vendrá muy bien explicado mediante un sistema de menús cómodo e intuitivo que nos dejará constancia, mediante un sistema de colores, de la respuesta más adecuada en cada momento, así como la posibilidad de persuadir a ciertos personajes, algo que hace de FallOut 4 algo más cercano al jugador menos acostumbrado con este tipo de juegos.
Como ya tenemos que estar acostumbrados en rpgs occidentales, el tema del control de peso del equipo será un punto muy importante. Si bien cabe decir que podremos usar a nuestros aliados como “mulas”. De este modo podremos darles todo ese material pesado que no nos deja movernos y poder reclamarlo en un momento concreto. Esto es un tema muy importante ya que, a diferencia de FallOut 3, todos los objetos que encontremos desde un chapa hasta una tostadora tendrán su funcionalidad en un futuro más o menos lejano. Tendremos tanto que customizar en el juego, que todos y cada uno de los elementos encontrados serán de suma importancia.
Y hablando de customización y posibilidades, FallOut está un paso por encima del resto de sus competidores y resto de la saga. Gran parte de la culpa la tiene la extensa edición de armas con más de un millar de posibilidades gracias a todos los elementos y chatarra que encontremos por el Yermo o la creación de bases y asentamientos, que podremos dotar de “comodidades” así como armamento para su defensa.
De esta manera tendremos varios de estos asentamientos bajo nuestro dominio, pudiendo coordinar a sus habitantes y enviarlos a diferentes misiones, asignarles roles como ir haciendo que la colonia crezca, construyendo diferentes emplazamientos, talleres y casas. Todo esto, que puede parecer muy complejo, tendrá un sencillo funcionamiento gracias a un amistoso menú.
Musicalmente el juego tiene un estilo que recuerda mucho a FallOut 3, con piezas que nos presentan un amplio abanico de posibilidades y sensaciones, desde la desolación del Yermo hasta temas de los años 50.
En lo referido al doblaje, aunque algo “enlatado” se agradece muchísimo que esté completamente doblado a nuestro idioma. Un aspecto difícilmente criticable por los cientos y cientos de líneas de texto que tiene el juego.
Como conclusión, nos encontramos ante un juego redondo que no dejará indeferente a nadie. Mucho menos si se es seguidor de la saga.
Simplemente impecable, adictivo e imprescindible, una combinación de todo lo que disfrutamos en os anteriores títulos de la saga, a lo que añadimos un montón de novedades e inspiraciones que catapultan a FallOut 4 a otra dimensión dentro de su genero y estética.
Un millar de posibilidades en un Yermo desolado y más «lleno de vida que nunca» en donde la lucha por la supervivencia es la máxima.
