Desde hace ya algún tiempo, y sobre todo después de leer y escuchar tantísima «mierda» en forma de debate sobre si un producto como Beyond se ha de llamar o no videojuego, tengo en mente ciertos géneros a los que no se le da una cabida justa y necesaria… porque esa frasecita de «en la variedad está el gusto» pierde sentido por segundos y tengo la sensación de que en el momento que una mecánica nos asalta «de nuevas» la reacción natural y habitual es la del rechazo total… Aunque seamos sinceros, la moda es que no nos guste nada, y es ahí donde radica el «problema»
Pero bueno, como estamos en Pulpofrito y aquí no nos dejamos llevar por modas y tenemos algo muy valioso a día de hoy, que es personalidad y opinión propia, podéis encontrar tanto un análisis como un Pulpodcast dedicado a esta maravilla de Quatic Dream.
Y como decía anteriormente, me fue imposible no rememorar algunas de las cosicas más raras que me he encontrado en el mundo de los videojuegos, a las cuales no nos «atrevíamos» a dejar de catalogar como Videojuego (aunque no fueran CoD o Fifa) y por eso aquí os dejo la primera entrega, en la que os voy a hablar de un sistema ochentero, que se llamaba Action Max.
En la primera mitad de los años 80´s, en el país de las barras y estrellas, y cuando los salones recreativos estaban en su punto más caliente tras una crisis en el sector de los videojuegos, había un género que lo estaba «petando» de manera increíble… bueno, más que un género, eran una serie de recreativas que compartieron trono junto a los Fighting Games y los Beat´em Up, me refiero a las recreativas basadas en la tecnología del Laserdisc «películas interactivas» encabezadas por la genial Dragon´s Lair, sin olvidarnos del clásico de SEGA Astron Belt.
Unas recreativas, que no tenían nada que ver con el resto de muebles que nos encontrábamos en cualquier salón recreativo, que no tenía nada que ver sobre todo en sus tripas, las cuales estaban armadas con un Laserdisc, sobre un simple Z80.
Antes de continuar, y para que nos pongamos un poco en antecedentes, cuando hablamos de Dragon´s Lair, hablamos de una auténtica revolución de los salones recreativos en pleno 1983. Revolución que nos vino de la mano de Cinematronics y nos presentaba el arte del genial «ExDisney» Don Bluth, a través de las aventuras de Dirk el intrépido. La mecánica era bien simple, una sucesión de secuencias de animación en las que tendremos que sincronizar el movimiento de la palanca, o botón del mueble, con las acciones que vemos en la pantalla (al más puro estilo de los QTE, que a día de hoy tenemos hasta en la sopa)
Esto, que hoy ya no sorprende, en su día fue la «bomba» y es que paraos a pensar un momento e intentar situar vuestras mentes en aquella época: Unos años en los que el pixel era el rey indiscutible, años en los que la resolución, utilización de imágenes y velocidad de los fotogramas, estaban limitadísimas. Limitaciones que Don Bluth se pasó por el forro, dando así rienda suelta a su deliciosa imaginación, gracias a la utilización del LaserDisc, el cual gozaba de una gran capacidad de almacenamiento.
Dragon´s Lair tuvo una gran repercusión, e incluso encontramos revisiones de este clásico en la actualidad; habiendo estado, durante muchísimo tiempo, entre los tres juegos mostrados en exposición, junto a Pong y Pac-Man, por la institución Smithsonian.
Y bueno, ya puestas la cartas sobre la mesa y bien situados en la época, continuemos con el tema que tenemos entre manos.
De estos años tengo fresco el recuerdo irrefrenable de necesidad que teníamos todos los jugadores, de poder disfrutar de estos manjares lúdicos de los salones en nuestras casas. Algunos como yo éramos felices en nuestra ignorancia e inocencia y disfrutábamos a lo loco, sintiendo que nuestros «Ports» de juegos para microordenadores, estaban a la altura (ojo que algunos lo estaban e incluso superaban a los originales) pero en el caso de las «Videoaventuras» o «Películas interactivas» la cosa estaba muchísimo más jodida; daros cuenta de que el formato CD estaba aún en un punto muy primario, el DVD… ¿qué coño es el DVD? y el precio del Laserdisc lo convertía en algo utópico (para los bolsillos de la «gente normal») aunque si es cierto, que existieron algunos modelos como el Pioneer LD-V1000 o el PR-7820, que incluían al mismísimo Dragon´s Lair en sus entrañas.
Todo esto hacía que, en esta primera mitad de los 80, disfrutar de estos juegos en nuestras casas fuera prácticamente imposible. Imposible hasta 1987, cuando Worlds of Wonder pensó y nos ofreció una «solución»… utilizar VHS.
Y con todos vosotros aquí tenéis Action Max, una «consola» que basa su funcionalidad en el uso de VHS como formato, peeeeeero la propia consola no tiene forma de cargar dichos VHS, con lo cual tendremos que tener un reproductor de VHS para meter los juegos. Podríamos tachar a este sistema de Plug&Play más que de consola… pero bueno, todo es muy cuestionable.
La consola consta de tres partes:
- Un módulo principal, en el que tenemos una pequeña pantalla LCD donde se nos muestra un contador de puntuación y… nada más.
- Una pistola de luz (joder que bien sonaba esto en su día) no tenemos mandos, lo cual indica que el género estrella (y único) serán los juegos de disparos.
- Un sensor circular, que se pega a la pantalla.
- Unos cascos, par disfrutar totalmente del sonido.
Y con todo esto ya estamos listos para jugar; metemos la cinta en el vídeo y empieza la «diversión» apuntando con nuestra pistola a la pantalla y, según acertamos a los blancos, el contador irá sumando o restando puntos durante la partida.
Como no podía ser de otra manera, la consola se dio un trastazo terrible y no gozó de mucha vida; con tan solo cinco juegos en su historia ( y un sexto que jamás llegó a ver la luz, oficialmente)
- 38 Ambush Alley
- Blue Thunder
- Hydrosub: 2021
- The Rescue of Pops Ghostly
- Sonic Fury
- Fright Night (unreleased)
Un camino extraño, el que estuvo a punto de seguir el mundo de los videojuegos, y en el que el caso de Action Max no iba a ser el único, ya que otras empresas del momento, con nombre tan importantes como el de Nolan Bushnell también estaban estudiando las aplicaciones de esta nueva «tecnología»
Y hasta aquí hemos llegado amigos, espero que os pareciera interesante y si no sabéis que pedirle a los reyes este día 6 de Enero, aquí tenéis un ejemplo interesante (solo para paladares refinados) Pronto volveré con más rarezas del mundo de los videojuegos y por favor no olvidéis dar oportunidad a experiencias de juego nuevas, que en la variedad si está el gusto… y puede que algún día, algo que jamas jugasteis, al darle una oportunidad, se convierta en un fetiche.