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[Análisis] This War of Mine: The Little Ones

Vaya por delante que todos los que me conocéis sabéis lo que opino del submundillo este de «soy un developer Indie y hago videojuegos que pretenden aflorar una serie de sentimientos en el jugador, por eso uso pixels cutres».
Para los que no me conocéis suficiente y, aún a riesgo de «hacer amigos», explico: No, tu lo que eres es un caradura que se cree algo y que el 90% de las veces hace mojones.

Sin embargo, hay estudios de desarrollo que, pese a dedicarse a proyectos que técnica y visualmente no suponen nada que no hayamos podido ver anteriormente, deciden explotar otros aspectos que por desgracia muchas veces se dejan descuidados en los grandes títulos. Prueba de ello son proyectos como el reciente That Dragon, Cancer o el juego que hoy nos ocupa. Títulos en los que la psique y los sentimientos se ponen en un primer plano, aunque no por ello se descuidan los aspectos técnicos más básicos del título.

Pero vamos, no os esperéis una moñada de análisis, ni tampoco que me ponga zen y os analice la catarsis metabolizante de un ocaso (inserte aquí 20 palabras raras y cools más para completar la frase sin sentido). This war of mine es, por encima de todo, un videojuego…y así lo voy a tratar.

Pese a que el título se lanzó en 2014 para ordenadores, y es ahora gracias a su expansión «The little Ones» cuando podemos disfrutarlo también en Xbox One y Playstation 4, siendo esta última la versión que por aquí hemos probado.

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Esta no es mi guerra

La gran y principal premisa de This War of Mine: The Little Ones es la de ofrecernos un juego de guerra. Hasta ahí puedes decir que estás hasta aburrido de ellos. Cada año tenemos Call of Dutys, Battlefields o 100mil RTS diferentes para PC que tratan el mismo tema, cambiando simplemente la época, la ubicación o el malvado caudillo al que generalmente las maravillosas fuerzas armadas de los EEUU deben abatir. La diferencia que marca This War of Mine: The Little Ones (además del obvio cambio de género) es que nos pone en el punto de vista de los héroes que no son tratados como tal: los civiles que sufren y se ven atrapados por una guerra que generalmente ni apoyan ni han provocado.

Así, ahora en vez de pegar tiros a todo el que se mueva y parezca que susurra Allahu akbar o algo por el estilo, tendremos a un grupo de supervivientes que tendrán que organizarse para sobrevivir. Además, gracias a la expansión que supone The Little Ones, también tendremos que hacernos cargo de críos a los que la guerra se lo ha robado todo.

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Te vas a comer esa paloma?

Si queremos comenzar la experiencia en vez de meternos en temas de configuraciones ni de partidas a medida (opciones de las que dispone), el título de 11 bit Studios nos lanzará directamente a jugar con un grupo formado de forma aleatoria (en realidad hay distintas combinaciones) en un refugio al que pasado un tiempo llamaremos hogar.

La jugabilidad se dividirá en ciclos diarios compuestos de dos fases: El día y la noche.
Durante el día el título nos propone un estilo de juego de gestión de recursos, cosa que también hemos visto últimamente en Fallout Shelter. Las primeras horas ficticias las dedicaremos a explorar nuestro refugio y, quizá con algo de suerte, podamos poner alguna cama, barricada o mejorar un taller, siempre teniendo en mente cuales son nuestras prioridades para el refugio.

En todo momento nuestra aventura será una guerra a contrarreloj, pues el cronómetro estará en marcha todo el tiempo, cuando caiga la noche llegará la segunda fase de nuestro ciclo diario : explorar.
Accederemos a un mapa con las diferentes localizaciones que podremos visitar (si no están bloqueadas por que el foco de la guerra esté en ese momento en ese punto) y decidir si enviamos a alguien a rebuscar o, por el contrario, nos quedamos en casa descansando y/o haciendo guardia en nuestro refugio.

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Cuando estamos explorando zonas tendremos que ir con mucho cuidado de que no nos localice nadie a quien pueda no gustarle que estemos ahí…y si lo hacen tendremos dos opciones: Huir o plantar cara a puño descubierto o con algún arma si tenemos)…y rezar por que no nos peguen un tiro. Si somos suficientemente cautos, podremos hacer intercambios con la milicia o con refugiados que están a cargo del hospital o super mercado (por ejemplo), o incluso adentrarnos en burdeles. Nuestro objetivo será claro: Rebuscar entre restos, armarios y cajones todo lo que nos pueda servir de algo. Materiales para construir mejoras en el refugio, comida para cocinar (o comer directamente), y medicinas para curarnos cuando enfermedades o heridas nos achaquen.

Una vez que decidamos volver al refugio (o amanezca y tengamos que volver forzosamente tardando más en llegar), recibiremos un informe de que tal ha transcurrido la noche en nuestro improvisado hogar: Ha sido una noche tranquila? Alguien ha intentado robar? vigilábamos? teníamos armas para defendernos? Se llevaron algo? alguien de nuestro grupo resultó herido?

Para que nuestra estancia en el refugio sea lo más cómoda posible, tendremos que ir empleando los materiales objetivos en construir mejoras. Como ya comenté antes, podemos hacer camas para descansar, una cocina para poder hacer comidas más saciantes, purificadores de agua para recolectar en la lluvia, un taller mecánico para construir armas o ganzúas y utensilios para la exploración, etc….la pena es que al estar en medio de una guerra lógicamente los recursos serán limitados.

Buenos días hermano, conoces la palabra del señor?

De vez en cuando irá llegando gente a picar a nuestro refugio. Generalmente será el vendedor ambulante, que nos propondrá comerciar. Me dio la impresión de que el intercambio con él es más caro que con el resto de personas, pero tiene la ventaja de que podemos tirar de todo el material que tenemos almacenado en nuestra casa, en vez de estar llenando nuestra mochila con objetos para llevarnos a comerciar (ya que la mochila tiene un tamaño limitado y determinado según el personaje).
También recibiremos visitas que nos pedirán ayuda: Niños que quieren medicinas para sus padres, gente que nos pide que le escoltemos al hospital, etc…Decidir si empleamos algún personaje en ello (que generalmente hará que no dispongamos de él durante un día o dos) no solo repercutirá en las posibles recompensas que recibamos, si no que también lo hará en el estado de ánimo de nuestros personajes.

Una vez que llevemos ya unos cuantos días de rodaje (sobre los 20, en mi caso), comenzará a llegar el frío y a estallar el conflicto final, cuya duración es aleatoria y que, si logramos sobrevivir, podremos decir que hemos completado el juego.

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Un gran hambre conlleva una gran responsabilidad

Si hay algo en lo que este juego me ha calado sobremanera es, sin duda, su sistema de emociones y el peso que tiene el concepto de acción/reacción.
En todo momento tendremos una biografía del personaje que estemos controlando en ese momento y que se irá actualizando a modo de diario conforme ocurran cosas durante el paso de los días. Ahí podremos ver un poco la forma de ser del personaje y podremos empezar a definir como deben ser.

Por ejemplo, Pavle es un personaje que corre mucho y que tiene un gran espacio en su mochila, por lo que se convierte en una de las mejores opciones que tenemos para salir a rebuscar por la noche. Sin embargo, si en vez de rebuscar decidimos robar, el personaje comenzará a sentirse triste. Esa tristeza puede evolucionar en depresión (cosa que se agrandará si le forzamos a pelear o a matar a alguien) y que una mañana descubramos que se ha ido durante la noche.
Zlata también es un buen personaje para rebuscar, pero en vez de correr rápido, su habilidad es tocar la guitarra…algo que hará que los personajes se sientan menos tristes.
Así, tendremos que mirarnos muy mucho qué estamos dispuestos a hacer y con quien. No es lo mismo enviar a Pavle (por seguir con su ejemplo) a robarle a la milicia o a los c*brones que han montado el nuevo burdel, que hacerle robar a una pareja de ancianos que sobreviven en su casita. Esta sería tarea para personajes que tienen menos moralidad y que no dudarán en hacer lo necesario por asegurar su supervivencia y la del resto de nuestro grupo.

Los niños que se suman gracias a «The little Ones», nos forzarán un poco más si cabe a intentar hacer que nuestro refugio pueda ser llamado hogar y que, pese a estar viviendo una dura y cruda guerra, los peques puedan ser felices y tener su sitio para jugar.

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Te pongo la del Soldado Ryan en el Dolby?

Normalmente los juegos de guerra son los que se usan para «lucir» nuestra consola con los colegas que no han vuelto a jugar «desde que tenían la Nintendo». La gente de mi época recordará que cuando nos compramos el boom del DVD y el Dolby Surround era casi obligatorio ver la escena del desembarco de Normandía en casa de cada colega que se hacía con un equipo…

This War of Mine: The Little Ones no es uno de esos juegos. Es un título con un aspecto técnico tan simple como sus pretensiones. Aún así, no os hagáis una idea equivocada; Los personajes tienen unas animaciones bastante conseguidas y el efecto tapiz hace que artísticamente se vea muy resultón, aunque tire de una paleta de colores digna de un Gears of War.
Igual que sus gráficos, la música del juego será un mero acompañamiento a nuestras desventuras y, por supuesto, no hay un trabajo de doblaje detrás de él.

Sinceramente, en estos aspectos no necesita absolutamente nada más de lo que ofrece.

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La guerra de Papá

Solo puedo decir que entre tanto juego triple A, he disfrutado muchísimo con esta experiencia y, por primera vez en mucho tiempo, he tenido que pensar varias veces las decisiones que tomaba y pensar en todas las consecuencias que pueda acarrear.
This War of Mine: The little ones es un gran experimento y, junto a juegos como Life is Strange, demuestra que los títulos con bajo presupuesto también tienen su hueco en el mercado y que son estupendos para jugar intercalados con los grandes blockbusters que nos traen las compañías.

Quizá lo único que me parezca algo fuera de lugar sea el precio, ya que su edición física se situa en 24,99€ y yo lo vería mucho mejor dentro de la barrera psicológica de los 19,99€.
Así que ya sabéis, si os gustan cosas como Fallout Shelter o incluso si habéis hecho vuestros pinitos con cosas más lejanas como sims o habbo hotel, os recomiendo encarecidamente que le deis una oportunidad a este juego.

Lo mejor
-Cada vez que juguemos tendremos una partida distinta
-Tener que pensar realmente lo que queremos hacer en función de como están nuestros personajes
-Que esté inspirado por el asedio de Sarajevo en la guerra de Bosnia le suma un plus

Lo peor
-Que se te empiece a morir gente en los últimos días xD
-Quizá el precio es más elevado de lo que esperaba.

Sobre el autor

tako-kun

Fundador de este cacharro.
Jugón desde bien pequeñito con mi flamante MSX2 ya apuntaba maneras.
Amante del rol japonés, los juegos de acción (que no los de tiritos), adorador del retro y de lo actual por igual. Antagonista de esas aberraciones de 4 palitos que, en general, dicen ser juegazos indies.