Rankings pulpofrito Vol.6 – Final Fantasy

Preparate! Saca tu lado Fanboy. Sabemos que eres una persona pacífica hasta que se meten con tu equipo de futbol, tu perro o tu Final Fantasy favorito!!

En un movimiento para nada oportunista después del anuncio y los trailers de los chorrocientos Final Fantasy que están por llegar, os proponemos nuestro siguiente ranking (en realidad llevaba ya bastante tiempo preparado por parte de los otros pulpos, pero yo soy demasiado perro  he estado demasiado ocupado y no he podido terminarlo hasta hoy.

Pulpofrito presents  Rankings Pulpofrito Volumen 6 : Nuestros Final fantasy, cuales son los tuyos????!!

1. Final Fantasy VIII

Para mi es Final Fantasy VIII el que ocupa el mejor puesto en la saga. Mientras todo el mundo estaba llorando por que sus queridas materias habían desaparecido, yo disfrutaba con las extracciones de magia y el sistema de habilidades con los Guardian Force.
La historia se nos presentaba como una caza de brujas de corte futurista y, veíamos en Squall y Seifer a los 2 rivales del juego (siendo Seifer un cabronazo de cuidado capaz de SPOILERRRRRRRRRRRRR partir a Odín por la mitad de un sablazo -si jugabamos sacando a Gilgamesh como GF). Recuerdo con cariño que hasta tenía una pocket Station en la que crié mi chocobo y conseguí la invocación de Mumba, los simpáticos «leoncitos» que nos encontrábamos en el juego.
Además, las diferentes formas de conseguir los límites para los personajes me encantaron y me pasé horas y horas en mundo abierto consiguiendo todos los GF secretos….en definitiva, muy buenos recuerdos, los mejores que tengo de un Final Fantasy.
Quiero hacer mención especial al tema de Eyes on Me, que marcó la tendencia para posteriores entregas y, por supuesto, al puto juego de cartas, que me enganchó de mala manera y por mis cojones tuve que conseguir todas las cartas xDDD

2. Final Fantasy Tactics

Ahh….que orgásmico fue este Final Fantasy. Adoro los SRPG. Que yo recuerde, Final Fantasy Tactics fue el primero que nos introdujo en el mundo de Ivalice, que también aparecería en los tactics sucedáneos de Game boy y en Final Fantasy XII+ravenant wings.
Con una historia que destacaba por lo seria y cruel que era, nos poníamos en la piel de un joven Ramza Beoulve, al que después se le irían sumando un sinfín de acompañantes (e incluso podíamos llegar a contratar a Cloud Strife y, si no recuerdo mal, podíamos ver a Aeris vendiendo flores).
El sistema de combate era lo que cabía esperar de la gente que había realizado anteriormente los Tactics Ogre de SNES y estaba basado en un sistema de Jobs u oficios en el que siempre empezábamos como escudero o alquimista (si no recuerdo mal, eh?????).
Lo único que me jodió un poco es que las invocaciones costaban un montón de puntos y solo eran ilustraciones que se movían un poco sobre la pantalla!

3. Final Fantasy X

Y aquí vamos con el tercero…el Final Fantasy de los oradores, la opera prima de la saga en su paso por PS2 (que no era muy difícil compitiendo con el 11 y el 12, pero bueno, no le quitaremos mérito)
Final Fantasy X nos presentaba a Tidus, un joven jugador de Blitzball…y ya con esa escena de introducción me vendieron el juego. La salvaje BSO que acompañaba la escena de introducción, ver a Tidus saliendo del terreno de Blitzball para hacer una tijereta en slow motion…ou yeah!
El gameplay en si era fantástico, gracias al sistema activo de batalla. Además cada personaje tenía su rol bastante definido (Yuna, por ejemplo, era la única que podía invocar).
El desarrollo de los personajes se hacia a través de un tablero en el que íbamos gastando nuestros puntos y definiendo el camino que debía tomar el personaje en cuanto a sus cualidades.
La historia, como siempre en todo Final Fantasy, apasionó a algunos y no gustó a otros. Además, fue el primer Final Fantasy al que se empezó a tachar de «lineal» ya que se perdió el mapamundi en el que movernos de zona a zona. A mi, desde luego, me encantó!

No he jugado a esta saga desde el principio, y aunque después de su reedición para PSX (y posteriores) he tenido la oportunidad de hacerlo, no lo he hecho. He jugado la saga a partir del VI, así que me basaré en los títulos a partir de esa entrega para mi Ranking.

1. Final Fantasy VI

Mi primer contacto con la saga fue con la edición americana de Final Fantasy VI, conocida por aquellas tierras como Final Fantasy III. En esa época también tuve la oportunidad de jugar a otro de los grandes juegos de Square, Chrono Trigger (y que ya podrían hacer una buena secuela y dejarse de tanto Final Fantasy)

Sinceremante hace muchísimo tiempo que lo jugué y ya ni me acuerdo. Lo jugué un par de veces en la época de Super Nintendo y, como sabréis, ha llovido mucho desde entonces. A ver si algún día vuelvo a jugarlo. Me acuerdo del pueblo fantasma y de la escena de la ópera, quizás la mejor del juego con Celes como protagonista.

2. Final Fantasy VIII

El VII era un juego cancelado de Nintendo 64 que acabó saliendo para PSX y que a pesar de cambiar de personajes, seguían manteniendo el mismo aspecto.

La octava entrega de la saga fue la primera en la que se nos mostraron a los personajes realistas y el primero en el que los vídeos «Made in Square» de gran calidad. ¿Quién no recuerda el vídeo de introducción de la pelea de Squall contra Seifer? o ¿El baile de Squall con Rinoa? Y sobretodo, ¿el momento en la nave cuando suena la canción «Eyes On Me«?

Me lo compre en japonés y me lo pase, después el americano y finalmente lo compré cuando salió en España. ¿Se nota que me gustó?

3. Final Fantasy XII

Desde que empecé a jugar a este juego no lo consideré como una nueva entrega de la saga Final Fantasy,  sino que lo ví más como la segunda entrega de Vagrant Story, con el cual hasta compartía algunas cosas e incluso transcurre en el mismo mundo al igual que la saga Tactics. Me pasó igual que con Chrono Cross, que si le hubiesen puesto el IX en vez de lo que sacaron hubiese colado más como un juego de la saga, y encima, era mejor que ese Final Fantasy.

Dani, ese individuo es el culpable de mi adicción a los anime y los juegos de rol, ¿quien me lo iba a decir cuando le conocí?…. y lo peor que pudo hacer es enseñarme a jugar a un videojuego del que yo nunca había oido hablar.. un tal Final Fantasy VII. Desde entonces he jugado la saga numerada desde el FFIV, hasta el FFXII, pasando por esa versión de Barbies que cambian de ropa llamada FFX-2…, así como algún Crystal Chronicles.

Por desgracia, hay algunos juegos que no he probado, y por eso mi ranking no es objetivo (en ningún caso lo sería), ni completo, pero es lo que es y lo tuve claro desde el primer momento en que me propusieron hacerlo:

1. Final Fantasy VII

El mejor JRPG que (subjetivamente), he jugado nunca… no se si por ser el primero, o porque es realmente especial, pero en mi cabeza solo caben cosas buenas en el momento de recordarlo. Cloud y Sephirot son los mejores enemigos nunca creados (no os voy a spoilear, pero hay un tal Zack de por medio que tiene mucho que ver en eso 😉 ), y tienen un combate final tan épico que es inolvidable e irrepetible. Los escenarios, las ciudades, los personajes, los minijuegos, los chocobos (el chocobo dorado) y sus carreras, las invocaciones, las Armas… todo en ese juego es impresionante y abrumador por lo bien elaborado, y ni hablemos de la trama ni el sistema de materias, la mejor manera de evolucionar las habilidades que me he cruzado hasta el momento en un juego de rol. Hasta el elemento que menos disfruto en los juegos de rol por turnos (tan característico de la saga), se me hizo atractivo aquí, deseando llegar a conseguir los distintos límites, tan espectaculares o más que las invocaciones. Y para terminar quisiera mencionar a Daytona, la moto con la que Cloud debe superar una de las mejores fases del juego, eliminando a los enemigos desde la misma con su espada.

2. Final Fantasy VIII

A la par que el anterior en todos los aspectos, pero con una historia muy diferente (lo que nos evita el efecto deja vu) y unos personajes inolvidables; Squall, Rinoa, Seifer… además de tener el mejor inicio de cualquier FF que yo haya jugado, con el enfrentamiento entre los dos amigos (Squall y Seifer) mientras se ve intercalada a Rinoa y se escucha una música épica. Aquí no tienen tanta importancia los chocobos, ni hay tantos minijuegos, pero hay dos componentes que son irrepetibles y le hacen alcanzar el segundo puesto… el juego de cartas coleccionables (divertidísimo, y que me entretuvo durante muuuchas horas) y la invocación DIABLO!!!… vale que al principio parecía que no hacía mucho daño, pero luego es brutal, y su puesta en escena es simplemente la mejor que recuerdo (Superando a los Bahamut del FFVII, que ya es decir). La historia de amor entre los dos personajes está muy bien llevada, la academia es maravillosa (se que muchos no lo entenderéis, pero así lo recuerdo), y Laguna me hizo recordar por un momento al mítico Zack, pero no fue más que un espejismo.

3. Final Fantasy IX

Final Fantasy IX: Sin duda, esto demuestra que la época de PSX fue la mejor para la saga bajo mi punto de vista, la era dorada de Square antes de fusionarse con Enix y buscar el dinero fácil, la época en la que Sakaguchi, Amano, Nomura y Uematsu lo dieron todo por demostrar que eran los mejores creadores japoneses del género, y lo consiguieron. Este juego es un alarde de técnica y arte insuperable, con un protagonista que recuerda innegablemente a un tal Son Goku en su edad más temprana, y con nombre de Futbolista legendario en su traducción al castellano (en Japón era Yitán y en España Zidan). Su historia principal era buena, pero lo mejor, sin duda, era la historia de Vivi, el pequeño mago negro que nos hizo enternecernos enormemente. La ambientación y la música hablan por sí solas, y cubren cualquier defecto que tuviera el juego (que los tenía), y nos hacía olvidarnos del sucedáneo de juego de cartas involucionado de FFVIII, o de los límites insulsos y muy inferiores a los de FFVII…

No puedo más que recomendaros que probéis al menos una de estas tres maravillas y, si tenéis una PS3, no será muy dificil de conseguir, ya que las tenéis en la Store por unos 10€, que no son nada para el tiempo que dan de juego (unas cuarenta horas cada uno), y luego me contáis 😉